El proceso productivo de los lápices de colores
Lo que determina la calidad de los lápices no es la cantidad de colores, sino la concentración de pigmento en la mina. El núcleo de los lápices de colores no contiene mina, está compuesto por pigmentos, minerales y agentes aglutinantes.
La fabricación comienza con una combinación de pigmentos. Cada tono corresponde a una receta específica. Se produce una gran cantidad de un tono a la vez. Siguiendo la receta de ese color, se pesan detalladamente las distintas porciones de ingredientes.
Se hierbe una cantidad específica de agua y preservantes y se agregan agentes aglutinantes (una combinación secreta de gomas, recinas o ceras). Se suman los ingredientes al agua y se forma una pasta. Con ésta se mezclan los pigmentos.
Luego, una máquina procesa la pasta para formar trozos finos, intensificando el color. Los trozos avanzan en una cinta transportadora hacia un cilindro que los comprime. Después los lleva a una máquina de extrusión. Ésta máquina aprieta la pasta en un chorro contínuo del diámetro de la mina del lápiz.
En un proceso secreto, la siguiente máquina corta esta mina larga para darle el tamaño adecuado, pero aún no pueden escribir. Se bañan en una mezcla de ceras químicas, que cubren e impregnan las minas. Ésta sirve para aplicar el color.
Con las minas terminadas, la fábrica somete muestras aleatorias a un control de calidad, que incluye pruebas de resistencia y durabilidad. Esta companía hace los cuerpos de sus lápices con madera de cedro. La misma máquina talla ranuras para las minas y cubre la superficie con una fina capa de pegamento.
Las tablas pasan bajo una rueda que posiciona las minas, para que luego otra máquina ponga una segunda tabla ranurada encima. La siguiente máquina talla la forma exagonal, corta y separa los lápices.
Uno por uno, los lápices pasan por un baño de barniz del mismo color que su mina. Cuando el esmalte se seca, se estampa en caliente la marca y el número del color en la madera. Luego, pasan por una rueda abrasiva que los afila a medida que avanzan. El extremo sin punta recibe una capa de pintura blanca o del mismo tono de la mina del lápiz.
Las máquinas de la fábrica llevan los colores determinados al área del envasado. Mientras los lápices se deslizan por la bandeja ranurada se revisa visualmente cada uno.
Desde pigmento y madera a un medio artístico, el proceso para hacer lápices de colores está lleno de matices.
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